Para
concluir, extraeremos una nueva cita que, proveniente de Golondrina de
invierno, nos habla de las diferencias sociales que existen entre las clases
sociales altas, de abolengo y las denominadas clases inferiores, esto dado
dentro de un contexto rural “Rebeca no acudió a la mesa, a la hora del
almuerzo, y la señora Irene, interrogada acerca del malestar que demostraba, manifestó lo que había con
palabras llenas de indignación y de vergüenza, dirigiéndose especialmente a Carlos,
a quién culpó de abandonar a su hermana. Ella creía que andaban todos juntos y
ahora resultaba que la señorita se iba a coquetear con los hijos de los
administradores y a exponerse a la irrisión de sus relaciones”[1]
Este párrafo remata con la siguiente conversación
-Eso no tiene importancia, Irene. Al fin, es
una muchacha…
-Pero hay clases, Javier. Yo no digo que sea
malo que las chiquillas pololeen, pero no convengo en que se atropellen las
distancias…
Para contextualizar, Rebeca era la sobrina de Joaquín, un
senador que, como se puede apreciar, pertenecían a la clase alta, y ella había
conocido en la hacienda en la cual vacacionaban
a un poeta que era hijo de un administrador de fundo, relación que
irritó a Irene, la madre de Rebeca, que, como se lee en el primer párrafo y
posteriormente en el diálogo que se sostiene a continuación, ve con desprecio
esta relación.
Actividad: Después de haber hecho estas actividades,
reflexione acerca de las condiciones en las cuales vivían las personas,
imaginando que usted habitase en una casa de alta sociedad, y mencione cómo
viviría, quién sería y como miraría a las personas de estratos sociales más
bajas, y después realice el mismo ejercicio pero siendo usted una persona que
viva en la miseria, recree un cuento con ambas vivencias.
[1] Silva, Víctor Domingo. Golondrina de Invierno. Editorial Andrés Bello. Santiago
de Chile 1999. Pág 63.
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